MANUELA RAMAJO

(Navas del Madroño, España, 1939)

“Cuando la gente migrante cuenta las dificultades que tienen que pasar para alquilar una vivienda o encontrar trabajo, sé perfectamente lo que significa, yo lo he vivido”, dice Manuela. En plena posguerra, siendo una niña, migró de un pueblecito de Extremadura a Madrid para trabajar y esquivar el hambre. En 1974 emigró a Alemania con su familia, por el mismo motivo. Allí vivió 14 años: aprendió el idioma, escapó de la violencia de género, sacó adelante a sus cuatro hijos y todo sin abandonar su activismo social que todavía hoy se mantiene en pie.

Aunque esa década en Alemania no fue fácil, allí conoció a su “compañero” de vida y batallas, algunas tan duras como la que tuvo que enfrentar contra la droga en los 80, que arrasó en barrios humildes de España y arrebató la vida de dos de sus hijos.

El PMM parte de que la migración es un rasgo distintivo de nuestro mundo, que vincula a las sociedades, haciendo que todas las naciones sean a la vez países de origen, tránsito y destino.