La inseguridad e inestabilidad social y política en Venezuela obligaron a Natasha y a su madre salir del país rumbo a España en el año 2012. Cuenta que después de varios intentos de secuestros, su vida allá se hizo insostenible.

Antes de cruzar el océano para empezar una vida de cero, la joven empezó sus estudios de arquitectura, sin embargo, asegura que tuvo que lidiar con multitud de obstáculos que se encontró por el hecho de ser una persona con discapacidad visual. Una lucha que tampoco ha abandonado en esta orilla y por eso hoy trabaja en el equipo de Relaciones Internacionales de la ONCE en España, velando por los derechos de las personas con discapacidad y una sociedad más inclusiva.

El PMM propone que los Estados incluyan componentes específicos para la atención de las personas con discapacidad en el contexto de la movilidad humana.